“Más plantas en el jardín” por Roberto Jordán

Por el Ingeniero en Agro Roberto Jordán, profesor en AJEU (www.facebook.com/amigosdeljardinylaecologiaurbana).

Si buscamos aumentar el volumen de las plantas en el jardín, la propagación es el método más eficaz. Tips e ideas para sacarle el mayor provecho.

Lo primero que debemos entender cuando buscamos propagar las plantas de nuestro jardín es de qué hablamos cuando hablamos de propagación. Se trata de un método no sexual por el que se pueden reproducir plantas. Es decir, a partir de una sola célula, en laboratorio, se puede realizar una micropropagación pero también podemos realizar propagación a través de raices, tallos, etc.
La propagación asexual es una caracterísitca de los vegetales: un esqueje puesto a enraizar da como resultado una planta igual a la planta madre. Obviamente esto no sucede de igual manera con los animales.
Las técnicas utilizadas en el jardín son varias. La división de matas es de las más comunes (como sucede con las cortaderas, que se dividen en matas), el enraizamiento de estaca (cuando cortamos y podamos los rosales y ponemos estacas a enraizar), el enraizamiento de esquejes (en plantas herbáceas donde se sacan gajos y se ponen a enraizar), división de raices (esto se da en las cañas), enraizamiento de hoja (muy común en las begonias con las que con solo poner hojas en el sustrato ya comenzamos a ver raices).
Las especies de crasas y suculentas también se pueden enraizar utilizando sus hojas. En todos estos casos el resultado es una planta de iguales caracterísiticas a la planta madre. Este es el valor principal de la propagación.
Lo que hay que tener en cuenta es una cuestión climática. Cuando utilizamos un tallo o un esqueje para enraizar, debemos saber que ese tallo o esqueje va a vivir en base a las reservas que tiene. Si pretendemos enraizar en un momento de mucho calor, probablemente el material se deshidrate. Lo mismo sucede en el invierno, las inclemencias del tiempo, las heladas afectarán a esa porción de planta que no tiene raices o muchas hojas sufrirá y no llegará a hacer el proceso de enraizamiento. El clima es entonces fundamental: la época para el enraizamiento es el otoño o la primavera temprana.
El sustrato también debe ser considerado. Tiene que ser suelto y libre de patógenos.
Otro tema a tener en cuenta es el balance hormonal, la época, en la que cosechamos el material a partir del cual buscaremos hacer la propagación. Cada especie tiene un momento en el cual el material colocado en el sustrato enraiza relativamente fácil (hay plantas que, de todas maneras, son siempre muy difíciles de enraizar). Este tiempo, que es propio de cada tipo de planta, debe ser estudiado en particular cuando pensamos en propagar plantas en el jardín.
Para propagar gramíneas herbáceas debemos esperar a mediados de primavera y hacer una poda de la parte aérea para eviatar la evapotranspiración. Lo que hacemos es separar la parte que queremos propagar y colocarla en un sustrato suelto, fluido con riego atento (porque puede haber mucha temperatura).
Una estaca leñosa como podría ser un rosal, se debe conrtar entre 15 y 20 cm de largo con tres yemas enterradas y dos yemas para armar la parte aérea. Colocadas en un sustrato suelto y con humedad relativa ambiente alta lograremos el enraizamiento.
En el caso de los cáctus y suculentas, se obtienen trozos de hoja de la parte apical, se cortan y se colocan en un sustrato muy suelto (50% arena y 50% compost) y con humedad normal (mejor poca que mucha) y con reparo del sol lograremos enraizamiento sin ningun problema.
Es importante tener herramientas de mano, tijeras buenas que hagan un corte neto son fundamentales. La tijera de mano es la herramienta número uno a la que se suma en este caso la hormona de enraizar que mejora y acelera los procesos al agregarla al riego.
Para evitar la contaminación de virus cuando vamos a hacer enraizamiento, entre poda y poda es muy bueno embeber la tijera de podar en alcohol. Esa técnica sencilla evita la contaminación de virus y bacterias a través de la tijera de podar.