Lectores, conversación y demandas: así abrió la 47ma. Feria Internacional del Libro de Buenos Aires

La Feria del Libro de Buenos Aires, en su edición número 47, se ha convertido en un refugio para los amantes de la lectura y una oportunidad para aprovechar ofertas y promociones en medio de la crisis que atraviesa la industria editorial. A pesar de la escasez y el aumento en el precio del papel, esta feria se ha propuesto superar el millón de visitantes del año pasado, ofreciendo opciones atractivas para impulsar las ventas.

Con precios que oscilan entre 4.000 y 11.000 pesos por libro, la Feria del Libro se ha adaptado a las circunstancias actuales y ha implementado diversas estrategias para brindar accesibilidad a sus visitantes. Por ejemplo, se han establecido tarifas especiales de 800 pesos de lunes a viernes y 1.200 pesos los viernes, sábados, domingos y el 1 de mayo. También se ofrece un pase de tres visitas por 1.800 pesos.

Existen diversas modalidades de ingreso gratuito, como para menores de hasta 12 años, visitas escolares, personas con discapacidad, docentes, estudiantes, jubilados y pensionados. Además, se celebra la Noche de la Feria, donde la entrada es gratuita para todos desde las 20:00 hasta las 24:00 horas.

Aunque el precio de los libros está regulado por ley en el país, al recorrer los pasillos de la Feria es posible encontrar descuentos en las compras. Cada entrada o pase otorga un chequelibro de 1.200 pesos, que puede utilizarse en las librerías participantes una vez finalizada la Feria, el 16 de mayo.

Además, cada entrada viene acompañada de vales de descuento que pueden utilizarse para la adquisición de libros en los stands. Por ejemplo, las entradas de 800 pesos incluyen 4 vales de 200 pesos, mientras que las de 1.200 pesos tienen 6 vales de 200 pesos. Estos vales pueden cubrir hasta el 10% del monto total de la compra, acumulándose para futuras adquisiciones. Por ejemplo, en la compra de un libro de 4.000 pesos se pueden descontar 400 pesos utilizando dos vales.

Pero las ofertas y promociones no se limitan a los descuentos mencionados anteriormente. Algunos stands ofrecen ofertas especiales, como la editorial y librería Colihue, que ofrece policiales a 2.900 pesos en lugar de los 4.200 que cuestan en librerías, además de promociones de tres obras por 2.800 pesos o dos por 3.500 pesos.

En el stand de la librería Dickens, se pueden encontrar títulos de Tusquets a 1.000 pesos llevando tres, es decir, tres libros por 3.000 pesos. Otros stands, como el de Eudeba, la editorial de la Universidad de Buenos Aires, ofrecen la posibilidad de llevar tres libros al precio de dos, con títulos que van desde 2.700 hasta 3.000 pesos.

El Fondo de Cultura Económica tiene una mesa de ofertas con libros a 690 pesos, donde se pueden encontrar títulos como “Las pasiones intelectuales” de Élisabeth Badinter o la novela “Los peces” de Sergio Fernández. Además, algunos libros de la colección “Breviarios” se encuentran a mitad de precio, pasando de 2.700 a 1.490 pesos.

En cuanto a los libros para niños, la librería El Aleph ofrece una amplia selección de libros infantiles a 1.000 pesos, que normalmente alcanzan los 3.000 pesos en las librerías. Por otro lado, la editorial AZ ofrece un descuento del 25% en efectivo o débito al adquirir más de un libro.

Diversos espacios y distribuidoras también se suman a las ofertas. Por ejemplo, en la distribuidora Blatt & Ríos, los visitantes que presenten su carnet de natación obtienen descuentos en la compra del libro “Bocetos de natación” de Leanne Shapton, y al llevar tres libros hay descuentos adicionales.

Las editoriales Penguin Random House y Big Sur también ofrecen regalos especiales con la compra de determinados libros. Penguin Random House obsequia un vaso térmico junto a las novedades más populares para los jóvenes, mientras que Big Sur regala bolsas de tela estampadas con la frase “elijo leer” al comprar 5 libros.

En cuanto a los precios de los alimentos y bebidas en la Feria, las gaseosas tienen un valor de 700 pesos, los cafés y las medialunas o brownies cuestan 800 pesos, y los tostados y panchos tienen un precio de 700 y 800 pesos respectivamente.

Es importante destacar que, según los editores de la Cámara Argentina del Libro (CAL), no suelen haber aumentos de precios durante el transcurso de la Feria. Esto se debe a que se establece un listado de precios que debe ser respetado, ya que la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) destina un presupuesto especial para la adquisición de libros a mitad de precio en días específicos, como el 5, 6, 7 y 8 de mayo.

En cuanto al alquiler de stands para editoriales, los precios por metro cuadrado varían según el pabellón. Los responsables de la organización explican que estos precios se determinan considerando si la editorial es o no socia de la Fundación, así como la antigüedad también puede otorgar descuentos. Los pagos se realizan en cuotas, y los socios de la Cámara pueden obtener un descuento del 40% en el precio de lista.

La Feria del Libro de Buenos Aires se destaca por la presencia de stands colectivos, donde diferentes sellos comparten espacios para reducir costos. Estos stands ofrecen una curaduría temática y catálogos similares. Algunos ejemplos son Carbono, que reúne a los sellos Godot, Sigilo, Gourmet, La Parte Maldita, Maten al mensajero, Leteo y Entropía; Los siete logos, que incluye títulos de Eterna Cadencia, Katz, Mardulce, Caja Negra, Beatriz Viterbo y Criatura; y La Sensación, que presenta libros de Mansalva, Blatt & Ríos y Caballo Negro.

La Feria del Libro de Buenos Aires se presenta como un evento cultural único, ofreciendo una amplia gama de opciones y descuentos para los amantes de la lectura. A través de sus ofertas y promociones, contribuye de manera invaluable a la industria editorial en tiempos de crisis, impulsando las ventas y acercando los libros a un público diverso.

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En esta página somos amantes de la literatura, por lo que aprovecharemos la ocasión para hablar sobre el fascinante universo de la literatura contemporánea. Donde se entrelazan una variedad de corrientes y tendencias que cautivan la atención de los lectores en la actualidad. Estas corrientes literarias, con sus distintivos enfoques narrativos y temáticos, han dejado una huella significativa en el panorama literario actual, y es fundamental explorarlas en profundidad. A continuación, nos sumergiremos en algunas de las tendencias más destacadas de la literatura contemporánea, destacando tanto a los aclamados autores como a las obras emblemáticas que han dejado una marca imborrable en cada una de estas corrientes.

La literatura posmoderna, una corriente literaria que rompe con las convenciones narrativas tradicionales, es un terreno fértil para la experimentación con la forma y el lenguaje. Autores visionarios como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Umberto Eco han dejado una profunda influencia en este género. Sus obras, como “Ficciones”, “Rayuela” y “El nombre de la rosa”, desafían las expectativas del lector y exploran la naturaleza misma de la realidad y la ficción, sumergiéndolos en laberintos literarios en los que la imaginación se fusiona con la reflexión metafísica.

El realismo mágico, por otro lado, ha cautivado la imaginación de lectores en todo el mundo con su peculiar combinación de elementos fantásticos y una prosa descriptiva minuciosa. Gabriel García Márquez, indiscutiblemente uno de los máximos exponentes de esta corriente, ha dejado una huella imborrable en la literatura contemporánea con su obra maestra “Cien años de soledad”. Este aclamado libro narra la historia de la familia Buendía y su mágico pueblo de Macondo, transportando al lector a un mundo en el que lo extraordinario y lo cotidiano se entrelazan en un tejido narrativo enigmático y cautivador.

La literatura feminista ha adquirido una relevancia sin precedentes en los últimos años, alzando la voz y la experiencia de las mujeres a través de poderosas obras literarias. Autoras como Chimamanda Ngozi Adichie, Roxane Gay y Margaret Atwood han dejado una marca imborrable en esta corriente con obras como “Americanah”, “Hambre” y “El cuento de la criada”. Estas novelas abordan temas de género, identidad y empoderamiento femenino de manera provocativa y valiente, desafiando los estereotipos arraigados y poniendo de manifiesto la importancia de la igualdad de género en la sociedad contemporánea.

Por último, el boom de la literatura juvenil ha conquistado el corazón de lectores adolescentes y adultos por igual, estableciéndose como una tendencia literaria destacada en la actualidad. Autoras como J.K. Rowling, Stephenie Meyer y Suzanne Collins han creado universos fascinantes y personajes inolvidables en series como “Harry Potter”, “Crepúsculo” y “Los juegos del hambre”. Estas obras han despertado una pasión desenfrenada por la lectura entre los jóvenes, generando una comunidad lectora vibrante y comprometida que abraza las historias de aventuras, amor y crecimiento personal que estas novelas ofrecen.

Las tendencias literarias contemporáneas reflejan la riqueza y la diversidad del panorama literario actual. Desde la audacia de la literatura posmoderna y el encanto mágico del realismo mágico, hasta el poder transformador de la literatura feminista y el apasionante mundo de la literatura juvenil, estas corrientes han dejado una marca imborrable en la forma en que percibimos y disfrutamos de la literatura. Los autores y obras mencionados son solo una muestra de la vasta creatividad y talento que se encuentran en el mundo literario actual, donde las palabras se convierten en puertas que nos conducen hacia nuevos horizontes de imaginación y comprensión.

El poder de los libros como herramientas educativas es un aspecto fundamental que no podemos dejar de mencionar al abordar la importancia de la Feria del Libro de Buenos Aires. Más allá de ser un evento cultural y comercial, esta feria se convierte en un espacio propicio para resaltar el valor educativo que encierran las páginas impresas.

La lectura no se limita únicamente a adquirir conocimientos y perspectivas, sino que tiene un impacto significativo en el desarrollo integral de las personas. A través de los libros, se fomenta la creatividad, la empatía y el pensamiento crítico, habilidades esenciales para el crecimiento personal y social. En un mundo cada vez más digitalizado, los libros siguen siendo una fuente inagotable de aprendizaje y reflexión.

Es importante destacar que los libros no solo se limitan a las aulas, sino que están presentes en diversas iniciativas educativas. Los programas escolares incorporan lecturas obligatorias y recomendadas, buscando enriquecer el bagaje cultural y lingüístico de los estudiantes. Además, se promueven proyectos de alfabetización que acercan los libros a comunidades que carecen de acceso a la educación formal. Estas iniciativas democratizan el conocimiento y promueven la equidad educativa.

En este sentido, la Feria del Libro cumple un papel fundamental al acercar los libros a un público amplio y diverso. Los descuentos y promociones ofrecidos durante este evento facilitan el acceso a la lectura, permitiendo que más personas puedan disfrutar de los beneficios educativos que ofrecen los libros. Es un espacio donde se generan encuentros entre lectores y escritores, donde se comparten ideas y se promueve el intercambio cultural.

La Feria del Libro de Buenos Aires no solo es un evento comercial, sino que se erige como un bastión en la promoción de la lectura y la educación. Los libros se convierten en herramientas fundamentales para el desarrollo integral de las personas, fomentando la creatividad, la empatía y el pensamiento crítico. La implementación de los libros en programas educativos y en iniciativas de alfabetización impacta de manera positiva en la formación de los individuos y en la sociedad en general. La Feria del Libro se erige como un espacio inclusivo y transformador que impulsa el acceso a la lectura y, con ello, el crecimiento personal y educativo de la comunidad.

acaron los 40 años de democracia ininterrumpida, la 47ma. Feria de Libro de Buenos Aires se inauguró hoy en su tradicional sede del predio de La Rural y no faltaron las alusiones a las dificultades en la producción editorial por la falta de papel ni se disimularon las expectativas por las ventas luego de que la edición anterior se convirtiera en la más concurrida en su historia, pero fue el escritor Martín Kohan quien, en un texto de apertura que generó un clima de silencios atentos, risas cómplices y aplausos potentes, instaló a la lectura y al lector como ejes y definió al acontecimiento anual como “un espacio de conversación sobre libros”.

Pasadas las 18.30 y con el salón El Central colmado, la Feria tuvo esta tarde su inicio formal con palabras de las autoridades de la Fundación El Libro (FIL) y los ministros de Cultura nacional y porteño, Tristán Bauer y Enrique Avogadro, respectivamente, quienes fueron escuchados por escritores y escritoras como Sergio Olguín, María Inés Krimer, Enzo Maqueira, Dolores Reyes, Mariana Travacio, Ana Ojeda y Natalia Zito; dos autoras que tuvieron la responsabilidad en ediciones anteriores de abrir la feria como Luisa Valenzuela y Claudia Piñeiro; y la poeta uruguaya Ida Vitale quien será una de las homenajeadas en estos días previos a su cumpleaños número 100.

El primer discurso de la tarde fue el de Alejandro Vaccaro, presidente de la FIL, quien ofició de anfitrión haciendo hincapié en los 40 años de democracia que será celebrada, más allá de las mesas y presentaciones específicas, con una muestra organizada junto a la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA), “40 fotos, 40 años”, que se puede ver en el túnel ubicado en el medio del predio.

Vaccaro celebró la compra de parte del Ministerio de Educación nacional de casi 16 millones de ejemplares de libros de texto, 11,5 de primaria y 4,2 de secundaria, a los que se suman los 3,5 millones de libros de literatura inicial adquiridos a fines de 2022 y pidió que no pierda estado parlamentario el proyecto de ley de creación del Instituto del Libro y la Lectura y el proyecto de recaudación de Derechos Colectivos que impulsa la Sociedad Argentina de Escritores.

“Tampoco podemos dejar de advertir que la escasez de papel para la industria del libro, sumado a los ingentes problemas para su importación constituyen un combo perfecto que pone en peligro la tan necesaria bibliodiversidad. Esta circunstancia afecta al lector y a toda la cadena de valor. El Estado debe jugar un rol fundamental para garantizar el papel necesario para toda la industria. Debemos recordar, aunque no sea necesario, que el libro es mucho más que una mercancía que produce resultados económicos, el libro es educación, conocimiento, memoria y múltiples cosas más”, remarcó.

La celebración de los 40 años de democracia ininterrumpidos y el lugar de los libros para alimentar una conversación pública en ese sentido fue eje de los discursos de funcionarios que lo sucedieron: Avogadro resaltó que “los libros estuvieron ahí en los años más oscuros”, en las crisis y recientemente para “ayudarnos a atravesar la pandemia” y Bauer resaltó que se trata de un hecho inédito y “no debemos restarle importancia justamente en este lugar, para que nunca más se vuelva a quemar libros, silenciar y perseguir a autores y autoras o degradar contenidos”.

Para Avogadro la Feria “es mucho más que un encuentro comercial, la esperan miles de personas para reencontrarse, discutir, celebrar el libro y la palabra. Es un gran artefacto cultural difícil de explicar” y “hay tantas ferias como quienes la recorren”.

A su turno Bauer recordó que “en este lugar, hace un año”, se denunciaba “la gravedad que significó que durante el gobierno de Mauricio Macri se sancionara una ley para quitar la financiación a las actividades culturales y a las bibliotecas populares” y subrayó que se logró votar en el Congreso “la continuidad de las asignaciones específicas por 50 años más”.

El ministro de Cultura nacional hizo referencia a la escasez de papel y señaló que “el libro no debe ser considerado un bien de lujo para pocos y pocas”. “Sabemos que hoy debemos resolver el tema del papel por los costos que implican para toda la industria, por la dificultad que representan para las pequeñas editoriales, los proyectos autogestionados y especialmente por la posibilidad de acceso a cada argentino y argentina”, puntualizó.

También estuvieron presentes autoridades de Santiago de Chile, ciudad invitada de honor, como Jaime de Aguirre, ministro de las Culturas, las Artes y el Patrimonio del país vecino, y Claudio Orrego, gobernador regional de la ciudad chilena. Ambos celebraron la participación de una comitiva con 100 representantes culturales chilenos, entre ellos Raúl Zurita, Alejandra Costamagna y Alberto Fuguet.

Mientras iban subiendo al escenario los responsables editoriales, la escritora Claudia Piñeiro, presente en el acto, tuiteaba: “Tercer varón que habla en la apertura de la @ferialibro”, “Subió una mujer al escenario y nos entusiasmamos pero era para cambiar el agua. Habla el cuarto varón” y más tarde: “Bueno se viene el sexto varón”, pero es “Martín Kohan” así que “estalla de aplausos la @ferialibro. El discurso esperado”.

Y a las 19.54 Kohan, escritor, docente y crítico literario, tomó el micrófono y anunció: “Voy a leer un ratito un texto que se llama ‘El salón literario'” y el silencio se impuso para dar lugar a un discurso sobre la lectura como ejercicio y al lector como centro, más allá del escritor y desbordando la idea de “figura”.

“Habría que concebir un deseo de llegar a ser lector, así como suele formularse el deseo de llegar a ser escritor”, manifestó el autor de “Dos veces junio” y “Ciencias morales” y se animó a afirmar que “la provisión de autores para la literatura contemporánea está cubierta, y hasta podría decirse que con creces; tan sólo porque se trata de un territorio vasto, muy vasto, vastísimo, no hay riesgo de sobrepoblación”.

Para el docente, el asunto son los lectores “para esa cantidad de autores, ahí donde el deseo de la escritura se afirma como deseo de lectura, como deseo de ser leído, y no tan sólo de verse impreso, del nombre en la tapa, de la foto en la solapa, del vino en la presentación, del ejemplar en la vidriera”.

Kohan ubicó a la lectura y los lectores como “el punto nodal de cualquier feria del libro, aun cuando en la Feria misma es difícil encontrar un lugar propicio para sentarse y ponerse a leer un rato (yo tengo uno pero, por razones de estrategia, de conveniencia, en fin, por egoísmo, me abstendré de revelarlo)”, reconoció.

Esas conversaciones que invita a entablar la Feria que comenzó hoy y se extenderá hasta el 15 de mayo, dijo, no tienen que ser “plácidas, armoniosas, edulcoradas ni orientadas por un afán de consenso”.

“Las discusiones de tono subido, acaloradas como se dice, vehementes y hasta exasperadas, son formas de la conversación también (pienso en el vozarrón de David Viñas, pero también en las modulaciones suaves de Horacio González; pienso en la firmeza de la taxatividad de Beatriz Sarlo, pero también en la apelación al filo de la ironía de Tulio Halperín Donghi)”, graficó.

Antes de las 21 la cinta de inauguración del acontecimiento quedó cortada dando lugar a una edición cargada de expectativas, ya que el año pasado batió el récord de asistentes, llegando a 1.324.500 de visitantes.
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