Cayó el “dealer” del cisne, vendía droga en Chacarita

Cayó el “dealer” del cisne, vendía droga en Chacarita

Un singular suceso ha tenido lugar en la Ciudad de Buenos Aires, que ha llevado a la detención de un individuo que cumplía arresto domiciliario con tobillera electrónica por su participación en el comercio de drogas en Mar del Plata. En una insólita exhibición de su actividad ilegal, este hombre estableció un peculiar kiosco de estupefacientes en la puerta de su propia casa, utilizando un cisne blanco y una cinta roja como señales visuales para indicar que estaba disponible para la venta de sustancias prohibidas.

Las investigaciones relacionadas con este intrigante caso se iniciaron en el mes de mayo, centrándose en un individuo que se dedicaba a la venta de estupefacientes desde su residencia, ubicada en las proximidades del emblemático cementerio de la Chacarita. Fue gracias al arduo trabajo del personal de la División Investigaciones Antidrogas Área Norte que se logró identificar al habitante de dicha vivienda, donde se encontraba en exhibición el mencionado cisne gigante.

Durante el desarrollo de la investigación en terreno, los valerosos oficiales notaron un curioso patrón en las actividades del sospechoso. Descubrieron que este individuo utilizaba un trapo rojo, que hacía las veces de una peculiar bandera, para alertar a los posibles compradores de drogas sobre la disponibilidad de su negocio ilícito. Además, llamó la atención de las autoridades el hecho de que el sujeto portara una sofisticada tobillera electrónica, un recordatorio constante de su pasado y su condena.

Los esforzados agentes, conscientes de la importancia de recolectar pruebas sólidas, documentaron meticulosamente estas observaciones, proporcionando así información clave para el avance de la investigación.

La Unidad Fiscal Especializada en Investigación de Delitos Vinculados con Estupefacientes (UFEIDE), representada por la fiscal Cecilia Amil Martín, llevó a cabo exhaustivas pesquisas con los datos recopilados. Con la evidencia en su poder, la fiscal Amil Martín presentó una solicitud de allanamiento ante el Juzgado Penal, Convencional y de Faltas N°13 a cargo de María Tutora del Moral, quien, consciente de la importancia del caso, dio su aval y emitió la orden correspondiente para llevar a cabo el procedimiento.

Esta diligencia legal tenía como objetivo desmantelar el negocio clandestino y reunir pruebas irrefutables contra el individuo implicado en la venta de estupefacientes desde su hogar. La fiscalía y las autoridades judiciales trabajaron en estrecha colaboración para garantizar que se siguieran los protocolos legales necesarios y se respetaran los derechos de todos los involucrados en este caso.

Durante el allanamiento realizado en la residencia ubicada en la calle Paz Soldán al 4800, se produjo un hallazgo significativo. En el lugar, las autoridades encontraron al detenido, un individuo de 58 años, y se incautaron de diversas sustancias y elementos relacionados con el comercio ilícito de drogas.

Encontraron un total de 29 dosis de cocaína cuidadosamente preparadas para su distribución, así como 15 bolsas conteniendo 40,7 gramos de pasta base, suficientes para fabricar 122 dosis adicionales. Además, se encontró una balanza de precisión, utilizada presumiblemente para medir y pesar las sustancias, y una suma de 44.110 pesos en efectivo. También se incautaron una tijera, posiblemente utilizada para manipular las sustancias, y un teléfono celular que podría contener valiosa información sobre las actividades delictivas del detenido.

El hallazgo de estas pruebas materiales refuerza la acusación contra el individuo y proporciona un respaldo sólido a la investigación en curso. Estos elementos serán fundamentales para sostener el caso en el proceso legal subsiguiente.

Después de la detención, se confirmó que la tobillera electrónica que portaba el individuo detenido había sido colocada como parte de su condena previa a 4 años de prisión por delitos relacionados con la comercialización de estupefacientes, de acuerdo con el Artículo 5 de la Ley de Drogas Número 23.737. El Tribunal Oral en lo Criminal 3 del Departamento Judicial de Mar del Plata había dictado dicha sentencia, estableciendo que la pena debía ser cumplida en régimen de prisión domiciliaria hasta el 7 de febrero del próximo año.

Esta confirmación pone de manifiesto la reincidencia del individuo en actividades ilegales relacionadas con las drogas y resalta la necesidad de una respuesta efectiva por parte de las autoridades competentes. La detención y la recopilación de pruebas sólidas proporcionan una oportunidad para llevar a cabo una investigación más exhaustiva y garantizar que se haga justicia en este caso.

Es importante destacar que este suceso refuerza la importancia de mantener una vigilancia constante sobre aquellos que han sido condenados por delitos relacionados con las drogas, incluso durante el cumplimiento de sus penas. La colaboración entre las fuerzas de seguridad, las fiscalías y los tribunales es fundamental para proteger a la sociedad y combatir eficazmente el tráfico de estupefacientes.

La problemática del narcotráfico es una preocupación constante en la sociedad argentina. Ante la creciente venta y consumo de drogas, resulta fundamental conocer en detalle la legislación vigente en nuestro país y las penas correspondientes para aquellos que se dedican a esta actividad ilícita.

La ley argentina establece un marco jurídico que busca combatir el tráfico y la comercialización de drogas, considerados delitos graves que atentan contra la salud pública y la seguridad ciudadana. El principal instrumento legal en esta materia es la Ley N° 23.737, conocida como “Ley de Estupefacientes”.

Esta legislación prohíbe la producción, fabricación, comercialización y tenencia de drogas, clasificándolas en diferentes categorías según su peligrosidad y potencial adictivo. Las sustancias se dividen en estupefacientes (como la cocaína y la heroína) y psicotrópicas (como el LSD y los tranquilizantes), cada una con sus propias características y penas asociadas.

La Ley de Estupefacientes establece penas que van desde la multa económica hasta la privación de libertad, dependiendo de la gravedad del delito y la cantidad de droga involucrada. Para entender mejor estas sanciones, es necesario tener en cuenta los siguientes aspectos:

Tenencia para consumo personal: Según la ley, la tenencia de drogas para consumo personal no está penalizada. Sin embargo, existe un límite establecido en función de la cantidad y la sustancia en cuestión. En caso de superar esos límites, se presumirá la venta y se aplicarán las penas correspondientes.

Microtráfico: Se considera microtráfico cuando la cantidad de droga no excede los límites establecidos para la tenencia personal y se presume la venta. En estos casos, las penas pueden variar desde una multa hasta prisión, dependiendo del tipo y la cantidad de droga incautada, así como la participación del acusado en la cadena de comercialización.

Tráfico y comercialización: Para los casos de tráfico y comercialización de drogas, las penas son más severas. La cantidad de droga incautada y la participación del acusado en la organización delictiva son factores determinantes para establecer la condena. La pena mínima para estos delitos es de 4 años de prisión, pudiendo llegar hasta los 15 años o más, en función de las circunstancias agravantes.

Es importante destacar que la ley contempla la posibilidad de atenuar las penas para aquellos que colaboren en la investigación y desarticulación de organizaciones narcotraficantes, así como para los adictos que busquen rehabilitación y tratamiento.

Además de la Ley de Estupefacientes, existen otros instrumentos legales que complementan el marco jurídico de lucha contra el narcotráfico en Argentina. Entre ellos se encuentran la Ley N° 26.052, que establece penas para el financiamiento del narcotráfico, y la Ley N° 26.364, que regula el decomiso de bienes provenientes de actividades ilícitas relacionadas con drogas.

La problemática de las drogas y el narcotráfico requiere un abordaje integral, que involucre no solo la aplicación de la ley y el castigo a los responsables, sino también políticas públicas que promuevan la prevención, la educación y la rehabilitación de los adictos.

En conclusión, la legislación argentina establece penas para la venta de drogas en función de la cantidad y el tipo de sustancia involucrada, así como la participación del acusado en la cadena de comercialización. Conocer estas leyes es fundamental para combatir el narcotráfico y proteger la salud y seguridad de nuestra sociedad. La lucha contra este flagelo requiere del esfuerzo conjunto de las instituciones, la comunidad y los medios de comunicación, con el fin de informar y concientizar a la sociedad sobre esta problemática y fomentar una cultura de rechazo a las drogas y el crimen.

En el ámbito de la justicia penal, el arresto domiciliario se ha convertido en una alternativa al encarcelamiento que permite a los individuos cumplir con su condena o esperar su juicio en la comodidad de su hogar. Sin embargo, ¿cómo se controla que estas personas cumplan efectivamente con las restricciones impuestas? Aquí es donde entran en juego las tobilleras electrónicas, un dispositivo de vigilancia revolucionario que ha transformado la forma en que se supervisa el arresto domiciliario.

Las tobilleras electrónicas son dispositivos de rastreo utilizados para monitorear y controlar a personas sujetas a arresto domiciliario. Estas tobilleras están equipadas con tecnología GPS y de comunicación, permitiendo a las autoridades judiciales y cuerpos de seguridad conocer en todo momento la ubicación del individuo bajo arresto. Esto brinda una herramienta valiosa para asegurar el cumplimiento de las restricciones impuestas y, al mismo tiempo, garantizar la seguridad ciudadana.

El funcionamiento de estas tobilleras es sencillo pero efectivo. Se colocan en la pierna del individuo y están diseñadas para ser resistentes y difíciles de remover sin autorización. Una vez activada, la tobillera establece una conexión ininterrumpida con el centro de monitoreo correspondiente. A través del sistema GPS, se registra y transmite la ubicación del individuo en tiempo real.

En caso de que el individuo salga de un área geográfica predefinida o incumpla con otras restricciones específicas, como horarios establecidos para permanecer en su domicilio, el sistema alerta de inmediato a las autoridades competentes. Esto permite una respuesta rápida y precisa ante cualquier violación del arresto domiciliario, ayudando a evitar posibles riesgos para la sociedad.

El uso de tobilleras electrónicas en casos de arresto domiciliario no solo beneficia a las autoridades, sino también a los propios individuos sujetos a esta medida. Al brindarles la oportunidad de cumplir su condena o esperar su juicio en su entorno familiar, se busca fomentar su reinserción social y minimizar el impacto negativo del encarcelamiento en su vida. Además, el monitoreo mediante tobilleras electrónicas reduce la necesidad de recursos carcelarios, aliviando la sobrepoblación en las prisiones.

Es importante destacar que la efectividad de las tobilleras electrónicas depende en gran medida del seguimiento y control constante por parte de las autoridades competentes. La información recopilada por estos dispositivos debe ser analizada y evaluada con rigurosidad para garantizar su correcta utilización y para evitar posibles fallos en el sistema.

En Argentina, las tobilleras electrónicas han sido implementadas con éxito en casos de arresto domiciliario. Esta tecnología ha demostrado ser una herramienta valiosa en la lucha contra el crimen y el narcotráfico, permitiendo a las autoridades judiciales tener un mayor control sobre los individuos involucrados en actividades ilícitas.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que las tobilleras electrónicas no son una solución definitiva a todos los problemas relacionados con el arresto domiciliario. Aunque son eficientes en la supervisión de la ubicación física de los individuos, no pueden garantizar por sí solas el cumplimiento de otras condiciones, como la prohibición de contacto con determinadas personas o la abstención de consumir sustancias ilegales. Por lo tanto, es fundamental complementar el uso de las tobilleras con una supervisión activa por parte de profesionales y la implementación de programas de rehabilitación adecuados.

En conclusión, las tobilleras electrónicas se han convertido en una herramienta esencial en el control del arresto domiciliario. Gracias a su tecnología de vanguardia, permiten una vigilancia efectiva de los individuos sujetos a esta medida, asegurando el cumplimiento de las restricciones impuestas y garantizando la seguridad ciudadana. Sin embargo, es necesario continuar desarrollando y mejorando estas tecnologías, así como acompañar su implementación con políticas integrales que promuevan la reinserción social y la prevención del delito.

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