Bar Palacio y Museo Fotográfico Simik de Buenos Aires
Ubicado en Av Federico Lacroze 3901, en una esquina altamente concurrida del barrio de Chacarita, se encuentra el icónico Bar Palacio que a la vez funciona como museo fotográfico debido a la pasión por dicho rubro de parte del dueño Alejandro Simik.
Inaugurado en 2002 en plena crisis, Alejandro Simik comenta que en lugar de hundirse con la misma decide profundizar en una de sus pasiones; y una vez profundizado en gran dimensión sus vitrinas con su colección al no entrar en cuestiones de espacio, se fusiona el Bar Palacio con el Museo Fotográfico Simik.
En cuanto al sentido gastronómico, bar palacio funciona con los típicos desayunos y cervezas artesanales tiradas como los clásicos bares de Buenos Aires, altamente recomendables. Por otro lado, los martes, jueves, viernes y sábado de 20 hs a 23 hs hay funciones de Jazz en vivo.
La pasión fotográfica coleccionada por Simik, se encuentra expuesta y fusionada mediante el funcionamiento del bar. Una gran colección única de flashes, ampliadoras, lentes y por supuesto cámaras, entre otras, con una antigüedad de piezas fabricadas y usadas partiendo del Sigo XIX, año 1870 con más exactitud; la mayoría analógicas, y algunas hechas de bronce y madera.
Las mismas se encuentran en todo el bar, ya que casi no son visibles las paredes debido a las grandes vitrinas llenas de piezas únicas reunidas en las mismas, mismo dentro de las mesas, una vez más visibles a través de sus vitrinas.
A su vez, hay presentes miles de fotografías que van mostrándose según las épocas de las mismas, retratos familiares de distintos contextos históricos que sensibilizan a primera vista.
Miles de cámaras conseguidas por Alejandro, antes bombero, mediante su contacto con los cartoneros de la zona quienes le llevaban cantidades de piezas de la fotografía que encontraban en la basura y Simik se las compraba.
Un espacio único y cultural donde se puede explorar sin detenerse y el interés por las piezas y la fotografía abunda y capta a terceros, disfrutando del Jazz en vivo y la clásica gastronomía porteña.
