La Policía de la Ciudad allanó dos locales que producían y comercializaban anabólicos



Uno de los mismos es una relojería de Villa del Parque que era utilizada como pantalla, y en cuya parte posterior se emplazaba una farmacia casera para la comercialización  y aplicación de drogas prohibidas para potenciar el rendimiento deportivo y el desarrollo muscular. Los productos incautados fueron destruidos por un camión del ANMAT.

A raíz de una serie de denuncias de distintos usuarios sobre irregularidades encontradas en productos de suplementos dietarios, personal de la División Delitos Contra la Salud y la Seguridad Personal realizó varias investigaciones en páginas de venta on line que permitieron ubicar el lugar donde se expendían, y que resultó ser una relojería ubicada en la calle Artigas al 4700.

Por tal motivo, el Juzgado en Primera Instancia en lo Penal y Contravencional de Faltas Nº 31 a cargo de la Dra Susana Parada ordenó el allanamiento del comercio.

El procedimiento fue llevado a cabo por personal de brigada de la Policía de la Ciudad y permitió descubrir el funcionamiento de un laboratorio clandestino montado en la parte posterior, donde se comercializaban diferentes clases de anabólicos prohibidos para el consumo humano, muchos de los cuales eran vendidos sin receta médica y aplicados con jeringas a ocasionales deportistas.

Con las pesquisas realizadas se encontró la dirección de un local donde las drogas ilegales era fabricadas, ubicado en el barrio de Nueva Pompeya, más precisamente en la calle Agustín de Vedia al 3100, y que fue también allanado, secuestrándose allí gran cantidad de productos listos para su comercialización, como así también envoltorios con sustancias para la producción de las pastillas y de las dosis.

En ambos operativos se presentó con personal del ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica), que verificó y certificó que los productos de la calle Artigas estaban prohibidos, mientras que los encontrados en  la calle de Vedia no eran aptos para el consumo humano, por lo que dispusieron la destrucción de 200 kilos de los mismos, y de 300 frascos con anabólicos, en un camión compactador.

Por orden del juzgado interventor, los locales allanados fueron clausurados por personal de la Agencia Gubernamental de Control, mientras que sus responsables fueron detenidos y trasladados a la alcaidía de de la Policía de la Ciudad.