Revisionismo financiero: Un análisis sobre las expectativas de los agentes financieros

Informe sobre la evolución del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) y un análisis realizado por CEPA.

Introducción: un “cambio” en la confianza
Uno de los grandes pilares conceptuales de la campaña de Cambiemos fue el tan mentado retorno de la “confianza”, que entre otros aspectos permitiría reinsertar a Argentina en el mundo y recibir de esta forma, una consistente “lluvia de inversiones”. Finalmente, la llegada de inversiones significó sólo una sutil “garúa”, estrechamente relacionado con el negocio financiero garantizado por las altas tasas y el endeudamiento externo.

Asimismo, las decisiones políticas de Cambiemos han llevado a la Argentina a recorrer el camino inverso al resto del mundo: mientras las potencias profundizan la administración de su comercio exterior, nuestro país se abre de par en par a las importaciones; mientras la tasa de interés aumenta en todo el mundo, Argentina decide tomar deuda masivamente; y el derrotero continúa…

Uno de los síntomas de estos desencuentros se percibe al analizar los “ánimos y perspectivas” de las principales consultoras y especialistas privados (afines al gobierno). En el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza el Banco Central de manera mensual, tomando las expectativas de 59 consultoras, se puede observar un fuerte
desgaste del optimismo por parte de los “analistas”. En dicha encuesta se relevan de manera sistemática las perspectivas (a modo de proyecciones) de unas 50 consultoras en relación a 4 variables fundamentales de la macro nacional: inflación, tipo de cambio, resultado fiscal y PBI.

Lo que llama poderosamente la atención es la comparación de las proyecciones a lo largo del tiempo y su constante empeoramiento. En términos generales, lo que a mediados del 2016 era para las consultoras un futuro prometedor con crecimiento, estabilidad cambiaria y déficit e inflación a la baja, ha mutado a una foto que refleja un futuro distinto, con mucha prudencia, poca euforia y dudas por doquier.

El REM en marzo y su evolución en el tiempo
Inflación: la meta es que alguien crea en la “meta” Respecto de la consulta sobre la inflación interanual de 2017 las consultoras manifiestan de manera sistemática que la misma terminará por encima de la meta del BCRA (entre 12% y
17%). Independientemente de ello, se observa una clara tendencia al alza en las expectativas de inflación para este año. Mientras que a mediados del año pasado los “especialistas” aventuraban que el gobierno cerraría el año 2017 con una inflación del 19%, hoy no conceden menos de un 21% (las expectativas del relevamiento en marzo de 2017 estima una inflación de 21,3% para este año) y subiendo la apuesta mes a mes.

En concreto, las señales son claras. Aunque el presidente del BCRA seque la plaza de pesos o Caputo consiga todos los dólares del mundo, los tarifazos programados siguen haciendo su parte y desgastando el otrora optimismo. Esta tendencia no ha pasado desapercibida: sobre fines de marzo, el BCRA intervino el mercado secundario de LEBAC vendiendo de manera masiva para desplomar los precios y hacer subir el rendimiento implícito del instrumento. Esto se produce porque pese a que el central mantiene su tasa de referencia en 24,75%, la tasa de LEBAC continuó su sendero decreciente y la intención de Sturzenegger es que la misma no se “escape” de la referencia. ¿Qué sucede? La crisis genera monumentales excedentes líquidos en los bancos que son canalizados vía LEBAC, lo que hace que las licitaciones (ahora mensuales) de este instrumento sea sobreofertadas bajando su tasa. Un desconcierto general, que las consultoras le facturan al gobierno a la hora de sembrar las expectativas.

Adelanto: conclusiones
“Es hora de que se sinceren y digan de qué partido son y cuáles son sus intereses”.
María Eugenia Vidal, 15/03/2017

Las expectativas de los agentes financieros relevados por el BCRA en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), muestran un incremento de la inflación, una disminución del crecimiento, un tipo de cambio que se aprecia y un leve aumento del déficit fiscal.

Difícilmente alguien pueda decir que las consultoras encuestadas tengan filiación con el gobierno anterior. Es más, muchas de ellas tienen relación estrecha con funcionarios actuales y durante 2016 acompañaron con sus posiciones el optimismo del gobierno. Parece que esa “luna de miel” ha quedado en el camino. La imposibilidad de Cambiemos de dar soluciones concretas a los problemas económicos y políticos comienza ya a avispar incluso a los “propios” y prende una señal de alerta incluso en sectores de pertenencia histórica al modelo representado por Macri.

Lo “positivo” (aunque preocupante) es que, a diferencia de lo que sucede con los sectores populares, donde las repetidas expresiones masivas son ninguneadas de manera recurrente, estos actores son escuchados por el gobierno de Cambiemos. Tal vez por ello, algunos integrantes del gabinete han comenzado a discutir, puertas adentro, la posibilidad de postergar temporariamente las decisiones de ajuste económico antipopular hasta después de las elecciones. Tantos desaguisados pueden disgustar incluso a la familia.