Parroquia Resurrección del Señor

Parroquia Resurrección del Señor

La hermosa Parroquia Resurrección del Señor es el resultado de la valiosa contribución realizada por Adolfo Tornquist, un destacado miembro de la influyente familia bonaerense Tornquist. Adolfo donó generosamente los terrenos de su familia, que originalmente pertenecían a la prestigiosa empresa de su padre, Ernesto Tornquist y Cía. Gracias a este aporte tan significativo, se hizo posible la construcción de esta magnífica parroquia, que ha dejado una huella perdurable en la comunidad.

No contento con donar los terrenos, Adolfo Tornquist también aportó los fondos necesarios para llevar a cabo la construcción del edificio. Su visión y generosidad permitieron que la Parroquia Resurrección del Señor se convirtiera en una realidad tangible. Un dato interesante sobre Adolfo Tornquist es que, en el año 1924, desempeñó un papel crucial en la repatriación de los restos de Ceferino, un importante suceso que fortaleció aún más su conexión con la historia y la fe de nuestro país.

La parroquia fue establecida oficialmente el 25 de julio de 1934, marcando un hito importante en la vida religiosa de la comunidad local. Sin embargo, fue en abril de 1937 cuando el edificio actual fue bendecido y consagrado. La construcción estuvo a cargo del renombrado arquitecto Carlos Massa, quien era reconocido por su destreza en el diseño y la construcción de iglesias. Massa adoptó para la Parroquia Resurrección del Señor un estilo arquitectónico que combinaba elementos románicos y lombardos, otorgándole un encanto único y una presencia imponente en el paisaje urbano.

En el transcurso de los años, la parroquia ha experimentado diversos momentos de celebración y renovación. Durante el vigésimo quinto aniversario en 1962, el ilustre Cardenal Antonio Caggiano presidió la bendición del nuevo altar mayor, que fue dedicado a la imagen de Jesús Resucitado, el símbolo central de la parroquia. Además, la ubicación de algunos elementos dentro del edificio ha evolucionado a lo largo del tiempo. La Cruz de la entrada lateral originalmente se encontraba en la nave izquierda, junto con la imagen de la Virgen y San Juan. En 1986, el talentoso pintor Luis Espinosa dejó su huella en la parroquia al crear las hermosas obras “Instauración de la Eucaristía” y “Pentecostés”.

El diseño arquitectónico de la parroquia es una muestra de cuidado y atención al detalle. El pórtico de entrada se encuentra ligeramente retirado de la línea de la vereda, formando un pequeño atrio que invita a los fieles a ingresar en un ambiente sagrado. Los ventanales del frente no contienen imágenes, al igual que los del interior del templo, lo que permite que la luz natural bañe el espacio y cree una atmósfera serena y luminosa. El frontón del edificio culmina en una cruz celta, un símbolo arraigado en la tradición cristiana.

Al explorar los detalles del exterior de la parroquia, uno puede apreciar una serie de elementos notables. A la derecha del atrio, se encuentra un nicho vidriado con la imagen de Jesús, que evoca una sensación de paz y devoción. Justo por encima del nicho, se destaca el escudo de Copello, que agrega un toque de historia y pertenencia local. El tímpano de la puerta principal presenta un hermoso vitral que representa la imagen de Jesús resucitado junto con sus discípulos, una obra maestra creada por el talentoso artista Pablo Felliver Subirats en el año 2016. Antes de esta obra, la imagen de Nuestra Señora de Luján ocupaba ese espacio sagrado.

Dentro de la parroquia, la luz natural desempeña un papel fundamental en la iluminación diurna. Los ventanales superiores de cada nave, así como los ubicados en el ábside y el coro, permiten que la luz del día penetre y llene el espacio con una cálida claridad. Solo en casos en que se requiera iluminación artificial, se utilizan apliques modernos que se integran armoniosamente en el diseño arquitectónico.

La Parroquia Resurrección del Señor se distingue por su estructura de tres naves, divididas entre sí por siete elegantes arcos de medio punto. En la nave lateral derecha, se puede apreciar claramente un antiguo armonio que ha sido utilizado durante las celebraciones religiosas desde los primeros días de la parroquia. Este instrumento musical de origen europeo ha acompañado a generaciones de fieles en sus momentos de oración y adoración.

Uno de los elementos más destacados de la parroquia es su altar mayor, que ocupa un lugar central y prominente. Originalmente, este altar estaba hecho de madera policromada y abarcaba todo el alto y ancho del ábside. En su centro, se encontraba la impresionante imagen de Jesús resucitado, que también se puede admirar en el atrio. Sin embargo, debido al avanzado deterioro del antiguo altar a lo largo de los años, se tomó la decisión de reemplazarlo por uno nuevo y duradero. El actual altar, realizado en mármol por la reconocida firma Mahlknecht Hnos S.A., refleja la dedicación de la comunidad para preservar su patrimonio religioso y asegurar que las futuras generaciones puedan continuar honrando la fe.

La figura de Jesús Resucitado ocupa un lugar central y prominente en la parroquia, siendo el corazón de la devoción y la espiritualidad que se vive en este sagrado lugar. Para realzar aún más su presencia, la imagen de Jesús Resucitado está enmarcada por dos imponentes columnas de mármol rojo coral de origen nacional, que simbolizan la fortaleza y la fe que sustentan a la comunidad parroquial.

La Parroquia Resurrección del Señor se encuentra ubicada en la Avenida Dorrego 898, siendo un faro de esperanza y un lugar de encuentro para todos aquellos que buscan la paz espiritual y la conexión con lo divino.

Durante los últimos años, se han generado diversos debates y cuestionamientos en Argentina en relación a la religión y su rol en la sociedad. Estas discusiones reflejan la pluralidad de visiones y posturas existentes en torno a la práctica religiosa y su influencia en distintos ámbitos.

Uno de los puntos de debate se ha centrado en la relación entre la religión y el Estado. Algunos sectores han planteado la necesidad de promover un Estado laico, separando completamente las instituciones religiosas de las decisiones políticas y legislativas. Esto ha generado discusiones sobre la presencia de símbolos religiosos en espacios públicos, como crucifijos en instituciones estatales, y la financiación de actividades religiosas con fondos estatales.

Además, se ha discutido acerca de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas. Mientras que algunos abogan por su continuidad como parte del currículo educativo, otros plantean la necesidad de una educación laica y plural, en la que se aborde de manera equitativa la diversidad de creencias presentes en la sociedad argentina.

Asimismo, se ha cuestionado la influencia de la religión en la formulación de políticas públicas, especialmente en temas como la legislación sobre el aborto y los derechos de la comunidad LGBT+. Estos debates han evidenciado tensiones entre visiones conservadoras y progresistas, y han generado reflexiones sobre la necesidad de garantizar el respeto a los derechos individuales y la separación entre asuntos religiosos y decisiones políticas.

Es importante destacar que estos cuestionamientos no implican una negación o desvalorización de la fe religiosa, sino que buscan promover una sociedad inclusiva y respetuosa de la diversidad de creencias y convicciones. La discusión en torno a estos temas continúa evolucionando, y se espera que se sigan generando espacios de diálogo y reflexión para alcanzar un equilibrio entre la libertad religiosa y otros derechos fundamentales.

En un momento donde las protestas por los derechos humanos empiezan a chocar con la religión, es imposible no cuestionarse cuál es el lugar que ocupa hoy la religión en nuestra sociedad. Una sociedad que en muchos aspectos ya no es la del Buenos Aires tradicional y una época en la que cada vez se visibilizan más corrientes de pensamientos que traen nuevas preguntas, nuevos dilemas y nuevas formas. 

Durante el período comprendido entre 2010 y 2021, la religión desempeñó un papel fundamental en la vida de la ciudad de Buenos Aires. Con una rica diversidad religiosa arraigada en su tejido social, la capital argentina fue testigo de la práctica de múltiples tradiciones religiosas, lo que refleja la garantía constitucional de libertad de culto.

El catolicismo, como la religión mayoritaria en el país, mantuvo una presencia influyente en Buenos Aires durante este tiempo. La Arquidiócesis de Buenos Aires, encabezada por su arzobispo, desempeñó un rol destacado en la promoción de los valores y enseñanzas católicas en la ciudad. Además de la emblemática Catedral Metropolitana, ubicada en el corazón de la urbe, un sinfín de parroquias y capillas católicas se erigieron a lo largo y ancho del territorio porteño, brindando espacios sagrados para la oración y la celebración litúrgica de los fieles.

Paralelamente al catolicismo, otras corrientes cristianas experimentaron un crecimiento significativo en Buenos Aires durante este lapso de tiempo. Las iglesias evangélicas, en particular, experimentaron un incremento notable en el número de adeptos y lograron consolidar una presencia sólida en la ciudad. Templos y congregaciones evangélicas se dispersaron en distintos barrios de Buenos Aires, ofreciendo servicios religiosos, programas comunitarios y un lugar de encuentro para sus miembros.

Además de las tradiciones cristianas, otras religiones también encontraron su espacio en el paisaje religioso de Buenos Aires. El judaísmo, por ejemplo, se destacó por su vibrante comunidad y su activa participación en la ciudad. Sinagogas, instituciones educativas y centros comunitarios judíos fomentaron la práctica y la preservación de la rica tradición judía en Buenos Aires.

Asimismo, el islam experimentó un crecimiento constante en la ciudad, con mezquitas y centros islámicos que se convirtieron en puntos de referencia para la comunidad musulmana. La presencia del islam en Buenos Aires se vio fortalecida por el intercambio cultural, la inmigración proveniente de países de tradición islámica y la búsqueda de un lugar de culto y comunidad en la ciudad.

Además, Buenos Aires se ha convertido en un importante centro para otras religiones y tradiciones espirituales. El budismo ha encontrado seguidores entusiastas en la ciudad, con templos y centros budistas que ofrecen enseñanzas, meditación y prácticas espirituales para aquellos que buscan la iluminación y la paz interior.

Por otro lado, diversas corrientes esotéricas y alternativas han ganado popularidad en Buenos Aires durante este período. Prácticas como la astrología, el tarot y la meditación transcendental han encontrado seguidores entusiastas en la ciudad, con numerosos talleres, seminarios y eventos dedicados a estas disciplinas.

Es importante destacar que la diversidad religiosa y espiritual de Buenos Aires ha contribuido a la creación de un ambiente de tolerancia y respeto mutuo entre diferentes creencias. La ciudad se ha convertido en un espacio donde las personas pueden practicar su fe libremente y buscar respuestas a sus inquietudes espirituales.

Estas expresiones religiosas y espirituales han enriquecido la vida cultural y social de Buenos Aires, ofreciendo a sus habitantes una amplia gama de opciones para explorar y nutrir su búsqueda espiritual. La ciudad ha evolucionado en un crisol de tradiciones, donde lo divino se entrelaza con lo humano en un fascinante mosaico de creencias y prácticas.

La parroquia Resurrección del Señor se encuentra ubicada en Avenida Dorrego 898.
La parroquia Resurrección del Señor se encuentra ubicada en Avenida Dorrego 898.

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