¿Qué es el Vermú?
El vermú, o vermouth en su denominación original, es una bebida que ha conquistado los paladares de innumerables amantes de los buenos tragos. Su origen se remonta al siglo XVIII en Europa, específicamente en Italia y Francia, donde los hermanos Antonio y Benedetto Carpano y Joseph Noilly, respectivamente, sentaron las bases de esta mezcla única de vino y hierbas aromáticas.
Fue Antonio Carpano, un hábil destilador italiano, quien creó la primera fórmula de vermouth comercial en 1786. Su versión original combinaba vino blanco con una cuidadosa selección de hierbas y especias, como ajenjo, angélica, canela, clavo de olor y cáscara de naranja amarga, entre otras. Este elixir ganó popularidad rápidamente y se convirtió en una bebida apreciada por su sabor amargo y fragante.
Por otro lado, Joseph Noilly, en 1813, fundó la famosa casa productora de vermut Noilly Prat en Marsella, Francia. Su proceso de producción involucraba la exposición del vino blanco al aire libre durante un período determinado, conocido como crianza en madera al sol, que otorgaba al vermut un carácter único y un sabor más seco.
El vermú se popularizó rápidamente en Europa y América, llegando a ser considerado un imprescindible en los bares y cafés de la época. Con el tiempo, se desarrollaron diversas variedades de vermouth, tanto rojo como blanco, para satisfacer los gustos y preferencias de los consumidores.
El vermouth rojo, también conocido como vermut dulce, se elabora a partir de vinos tintos y se caracteriza por su sabor suave y dulce. Las hierbas y especias utilizadas en su producción incluyen canela, nuez moscada, vainilla y cardamomo, entre otras. Es perfecto para disfrutar solo, con hielo o como ingrediente en una amplia variedad de cócteles clásicos como el Negroni o el Manhattan.
Por su parte, el vermouth blanco, o vermut seco, se produce a partir de vinos blancos y es reconocido por su sabor más ligero y herbáceo. Las hierbas utilizadas en su elaboración pueden variar, pero generalmente incluyen ajenjo, genciana, manzanilla y corteza de limón. Es una opción ideal para preparar cócteles refrescantes como el Martini o el Gin Fizz.
En la actualidad, el vermú ha experimentado un renacimiento en el mundo de la coctelería y se ha convertido en un ingrediente clave en numerosas creaciones de mixólogos y aficionados por igual. Su versatilidad y capacidad para realzar los sabores de otros ingredientes lo convierten en una elección perfecta para dar un toque especial a cualquier cóctel.
Para hablar de la composición del vermú y el exíto en argentina, es inevitable remontarse al vino y su éxito en Argentina tambien.
La historia del vino se remonta a miles de años atrás, desde los albores de la civilización. Sus orígenes se pierden en la nebulosa del tiempo, pero podemos afirmar con certeza que el vino ha sido una bebida venerada y apreciada por diversas culturas alrededor del mundo.
El cultivo de la vid y la producción de vino se expandieron por diferentes regiones del planeta, desde el antiguo Egipto hasta la Antigua Grecia y el Imperio Romano. Durante siglos, el vino ha sido símbolo de celebración, comunión y alegría. Su proceso de elaboración, desde la vendimia hasta la fermentación y el envejecimiento en barricas, ha sido perfeccionado a lo largo del tiempo, dando lugar a una variedad de estilos y sabores.
En Argentina, el vino ha sido parte de nuestra historia y cultura desde tiempos inmemoriales. La llegada de los españoles en el siglo XVI marcó el inicio de la vitivinicultura en nuestro territorio. Los colonizadores trajeron consigo las primeras vides y técnicas de producción, sentando las bases para lo que se convertiría en una de las industrias más importantes del país.
Con el tiempo, las condiciones geográficas y climáticas de Argentina se revelaron ideales para el cultivo de la vid. Desde las tierras altas de Mendoza hasta los valles de Salta, La Rioja y Patagonia, nuestro país ofrece una diversidad de microclimas y suelos que otorgan a los vinos argentinos una personalidad única.
El Malbec, en particular, se ha convertido en el emblema del vino argentino. Esta cepa, originaria de Francia, encontró en las tierras mendocinas su hábitat perfecto. Con su intenso color rojo y aromas a frutas maduras, el Malbec argentino ha conquistado paladares en todo el mundo, posicionando a nuestro país como uno de los principales productores y exportadores de esta variedad.
Pero no debemos olvidar que Argentina ofrece mucho más que Malbec. Tenemos una amplia gama de cepas autóctonas y variedades internacionales que se adaptan maravillosamente a nuestro terroir. Desde el elegante Cabernet Sauvignon hasta el fresco Torrontés, pasando por el exquisito Bonarda y el robusto Syrah, el vino argentino ofrece una amplia paleta de sabores y estilos para satisfacer todos los gustos.
La industria vitivinícola en Argentina ha experimentado un crecimiento exponencial en las últimas décadas. Las bodegas han invertido en tecnología de vanguardia, enólogos talentosos han perfeccionado su arte y se han implementado prácticas sustentables que respetan el medio ambiente. Todo esto ha llevado a la producción de vinos de alta calidad que compiten a nivel internacional y que son reconocidos y apreciados en los mercados más exigentes.
El vino argentino no solo ha conquistado el paladar de los amantes del vino en el mundo, sino que también desempeña un papel fundamental en nuestra cultura y sociedad. El vino es sinónimo de encuentro, de compartir momentos especiales con amigos y familiares, de celebrar la vida. Nuestras mesas se enriquecen con la presencia de una buena botella de vino, acompañando asados, pastas y empanadas.
Además, el enoturismo ha cobrado gran relevancia en Argentina. Cada vez más personas se acercan a las bodegas para disfrutar de visitas guiadas, degustaciones y experiencias enológicas que permiten conocer de cerca el proceso de producción y apreciar la belleza de los viñedos.
En conclusión, el vino argentino es un tesoro que debemos valorar y celebrar. Su historia milenaria, la pasión de quienes lo producen y la riqueza de nuestros terroirs hacen de nuestros vinos una expresión única y genuina. Desde el Malbec hasta las múltiples variedades que cultivamos, cada botella es un testimonio de nuestra identidad y excelencia. Brindemos juntos por el vino argentino, una joya enológica que nos llena de orgullo.
Es por estas cosas que el vermú ha ganado un lugar destacado en la cultura gastronómica. Es común encontrarlo como aperitivo en bares y restaurantes, así como en reuniones sociales y celebraciones. Además, la producción nacional de vermú ha ido en aumento, con distintas bodegas y destilerías creando sus propias versiones, tanto clásicas como experimentales.
Para los amantes del vermú, existen también visitas guiadas a bodegas y destilerías donde se puede aprender sobre su proceso de elaboración, maridaje con distintos alimentos y disfrutar de degustaciones de diversas variedades. Estas experiencias permiten sumergirse en el fascinante mundo del vermú y descubrir nuevos sabores y combinaciones.
En conclusión, el vermú es una bebida que ha conquistado el gusto de generaciones de consumidores alrededor del mundo. Su historia, que se remonta a más de dos siglos, y su versatilidad en la coctelería lo convierten en un clásico que nunca pasa de moda. Ya sea disfrutado solo, con hielo o como ingrediente en un cóctel, el vermú sigue siendo una opción de elección para aquellos que buscan una experiencia de sabor única y placentera. ¡Salud!
La Fuerza: la mejor vermutería del barrio
La Fuerza, un proyecto independiente de bebidas, oriundo de Buenos Aires, se ha convertido en toda una sensación. Ideado por Julián Díaz, Agustín Camps, Martín Auzmendi, Sebastian Zuccardi y su hermano Miguel Zuccardi, este equipo ha unido sus fuerzas con un único objetivo: crear un vermú que rompa con los esquemas establecidos y se destaque por sus características únicas.
Desde un principio, tuvieron claro que su creación debía estar basada en vinos mendocinos de la más alta calidad. Para el vermú blanco, seleccionaron el prestigioso Torrontés, mientras que para el rojo optaron por el reconocido Malbec. Pero no se detuvieron ahí, también utilizaron alcohol vínico proveniente de Mendoza, destilado en la bodega de los Zuccardi en Maipú, y hierbas provenientes de la majestuosa cordillera. Asimismo, se propusieron crear una bebida fresca y versátil, que pudiera disfrutarse tanto sola como en combinación con soda, hielo, naranja o en deliciosos cócteles.
Su objetivo no se limita únicamente a la creación de bebidas excepcionales, sino que también buscan fomentar encuentros memorables y desarrollar el talento de su equipo. Además, aspiran a convertirse en un referente en el mercado, llegando a más personas en todo el mundo y generando un impacto positivo tanto económico como social y ambiental.
El vermú que producen se compone de cuatro elementos esenciales: vino, botánicos y hierbas naturales, aguardiente de vino y mosto natural de uva. Los botánicos son cuidadosamente seleccionados de diferentes rincones del país, mientras que las hierbas silvestres provienen de las imponentes montañas de los Andes. Todo el proceso de elaboración y embotellado se lleva a cabo en Mendoza, para luego ser distribuido por todo el país. La Fuerza representa una auténtica revolución en el mundo del vermú, gracias al exhaustivo trabajo que han realizado en la formulación de su receta y la elección de los ingredientes.
Pero, lo que este talentoso equipo no sabía mientras se embarcaba en el emocionante proceso de producción, es que terminarían abriendo un fabuloso bar en el encantador barrio de Chacarita, en pleno corazón de la Ciudad de Buenos Aires. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que el bar y el vermú eran la combinación perfecta, una relación simbiótica que no podía pasarse por alto. Así fue como surgió La Fuerza, un lugar lleno de encanto ubicado en una histórica casa construida en 1993, con grandes ventanales, una imponente barra con elegantes sillas altas, espejos que adornan las paredes y murales de vivos colores creados con venecitas.
El enfoque de La Fuerza es decididamente argentino, y eso se refleja en cada uno de sus platos. Su menú se compone de una amplia variedad de opciones, destacándose verdaderas estrellas gastronómicas como la tortilla de papa, preparada con huevos pastoriles de primera calidad. Otro imperdible es la cachapa, una deliciosa tortilla de maíz acompañada de queso llanero, criolla y maní. Además, ofrecen exquisitos platos como el puré de morrón y nuez con pan de masa madre, los triolets con lupines, porotos pallares y papas fritas, o aquellos que combinan el famoso queso Mar del Plata, el salame de Tandil y las aceitunas. Y para aquellos que buscan opciones más sustanciosas, no pueden resistirse a las milanesas de peceto con papas fritas al caballo, los buñuelos de acelga o la provoleta orgánica, elaborada con queso Santo Padre empanado en una deliciosa mezcla de semillas y acompañada de tomates asados y hierbas frescas. También sorprenden con opciones como la burrata, servida con una ensalada de verdes y duraznos, la berenjena ahumada, rebozada en tres cereales y acompañada de espinacas, garbanzos y mayonesa vegana, o la fainá de remolacha, que se presenta con pasta de cajú, hongos y kale. Y para aquellos amantes de la comida típica argentina, no pueden dejar de probar la fainazzeta, una deliciosa combinación de fainá y fugazzeta que deleitará sus paladares.
Por supuesto, en La Fuerza también se preocupan por endulzar el final de la comida de sus comensales. Es por eso que ofrecen postres irresistibles como el clásico flan con crema y dulce de leche, ambos elaborados con productos de Abascay, una reconocida marca de dulces y lácteos. Otro imperdible es el queso con dulce, una delicia preparada con queso gouda El Abascay, membrillo y garrapiñada de girasol. Y para aquellos que prefieren opciones más saludables, pueden disfrutar del cremoso de chocolate vegano, acompañado de pomelo y garrapiñada de frutos secos.
En todos los platos que se sirven en La Fuerza, destaca la calidad de la materia prima y el esmero en su elaboración. Cada uno de ellos es creado con dedicación y pasión, y se cuenta con distribuidores de renombre que proveen las mejores carnes e ingredientes. En La Fuerza, el equipo conoce personalmente a sus proveedores y está en constante búsqueda de nuevos ingredientes, siempre buscando lo mejor, lo más fresco y lo más delicioso. Su objetivo es brindar la mejor experiencia posible a todos aquellos que visiten el bar, ya sea para disfrutar de una comida en una mesa o para vivir una experiencia más animada en la barra. La Fuerza está allí todos los días, dispuesta a ofrecer a sus clientes la posibilidad de disfrutar de una deliciosa bebida y comida, pasar un momento agradable y conocer la verdadera esencia de este lugar único en su tipo.