Chacarita, el polo gastronómico de moda y 4 lugares para visitar

Te contamos como Chacarita se convirtió en el nuevo polo gastronómico de moda de la ciudad y te recomendamos 4 lugares para que vayas a probar sus delicias.

Sin lugar a duda, Chacarita se ha convertido en estos últimos años en un barrio referente de los polos gastronómicos de la capital. Muchas nuevas propuestas estuvieron arribando al barrio estos últimos tiempos y esto se sebe a que el barrio tiene muchas cosas para ofrecer.

Chacarita es un barrio que ha esta emergiendo en diferentes aspectos y rubros ya hace un tiempo largo haciendo de este un polo barrial en nacimiento. Siempre ha sido un de esos barrios muy tranquilos, que tampoco tiene un gran tamaño, pero si con vecinos muy amables y una historia muy grande y larga. El barrio se ha caracterizado por tener lugares icónicos dentro de la ciudad tales como el Cementerio de la Chacarita o el famoso Parque Los Andes o las famosas pizzerías El Imperio y Santa Maria.

Es un polo que tiene mucho para dar, por su ubicación geográfica estratégica y porque mantiene panaderías, carnicerías, con el espíritu que lo alejan de la vorágine del resto de la ciudad de Buenos Aires. Eso sumando la movida joven y vital que atrae Chacarita.

Por ende siempre ha sido un barrio que a causa de sus cualidades ha atraído a muchos vecinos de otros barrios a visitar o pasar sus finde semanas como también ha sido una gran atracción para todo tipo de turistas que vienen a conocer la ciudad y este polo barrial los recibe con los brazos abiertos.

El polo gastronómico de Chacarita se ha concentrado en la Av. Corrientes, al lado de la Estación Federico Lacroze, por estas pizzerías icónicas ya mencionadas y por también una churrería famosa del barrio llamada “Fabrica de Churros”. El pequeño local con elaboración a la vista vio todas las transformaciones del barrio y está firme desde 1963. Desde su apertura le hizo honor a esta masa frita que tanto en invierno como en verano es la compañera perfecta del mate.

Hablando un poco sobre la churrería y de como esta ha influenciado en el polo gastronómico, podemos contar que la tradición de este emprendimiento data del año 1963 y justamente abrió un 25 de mayo en conmemoración a la fecha patria. Sus fundadores fueron tres amigos de descendencia española e italiana: Don Juan José Mursia, Joaquín Romero y Salvador Schillaci, quienes se conocieron en el barrio de Villa Urquiza.

Los jóvenes soñaban con armar un proyecto juntos y se les ocurrió incursionar en el mundo de los churros ya que eran fanáticos. Para poner su idea en marcha recorrieron el barrio de Chacarita, dónde primero vieron un local sobre la calle Corrientes, pero estaba fuera de su presupuesto, y luego descubrieron una antigua casona sobre la calle Olleros que reformaron para montar la pequeña fábrica.

Al poco tiempo, los churros de estos tres amigos se volvieron famosos en el barrio. Con los años los fundadores le pasaron la posta a sus hijos: Rubén, Oscar y Juan José. La segunda generación ya tiene más de 70 años, pero antes de la pandemia era un clásico verlos trabajando en la churrería. Hoy, tomaron las riendas del negocio, sus hijos, la tercera generación: Lucas, Luciano y Andrés. 

Polo Gastronómico
La Fabrica De Churros

Teniendo en cuenta este tipo de historias podemos notar la calidad de barrio que es Chacarita, desde una cuestión de calidad de vida, las historias de la gente que uno puede escuchar, sus hermosas calles de aspecto barrial y sus nuevas propuestas gastronómicas que la hacen el nuevo polo de moda.

Muchas nuevas propuestas gastronómicas se han sumado al barrio haciendo mas difícil poder abrir un local en este nuevo polo ya que los alquileres están subiendo el precio desde hace rato y ya las opciones no son tantas. Mas allá de esto, tenemos para compartir las propuestas que podemos encontrar en el barrio.

El polo de Chacarita combina casas de familia con locales emergentes. Cualquier PH, galpón o garaje puede llegar a esconder una joyita que invite a comer y a beber cada día con una propuesta distinta. El barrio recibió con los brazos abiertos a cocineros emancipados, con el sueño de ser dueños de su propio restaurante. Así nació dentro de este polo, Ajo Negro de Gaspar Natiello y Damián Gianmarino González con sus platos de autor y un menú donde los pescados y mariscos mandan, y que varía de acuerdo a la estacionalidad del producto.

Estos nuevos locales dentro del polo gastronómico se convierten en una suerte de SUM o ambiente extra para los vecinos. Es ahí donde se reúnen con amigos o familia y a donde acuden libro en mano. Basta echar una ojeada entre las mesas: en Chacarita se ven más vermuts y picadas que laptops y reuniones Zoom en solitario. El barrio combina todo. Para disfrutarlo a pie o de fácil acceso -por Dorrego, Avenida Córdoba o Corrientes- si se viene de visita. Y no solo se nutre de jóvenes, estos conviven con adultos mayores.

Los vecinos de siempre adoptaron a los nuevos locales dentro de su polo barrial. Suelen acercarles desde flores y plantas para decorar hasta recetas caseras. Y no son pocos los que se animan a “prestar” sus veredas. Un voto de confianza a quienes apostaron por Chacarita para abrir su negocio propio. Lugares como La Hummusería o 1600 y su codiciada terraza en Aguirre y Carranza se codean con lugares de culto como la librería Falena en Charlone o la galería de arte Ruth Bencazar. También con espacios culturales como el Carlos Gardel, radios y estudios de grabación.

Sifón: Sodería & Plancha es una de las nuevas propuestas del polo gastronómico y es un sitio que ofrece un excelente momento culinario cargado de buena onda. El ambiente de este lugar nos podemos encontrar en el patio con sillas playeras seguramente es lo más parecido a esa casa de la Costa Atlántica que alquilas con tu manada verano tras verano. Acá, el único tiempo que importa es el que se disfruta en compañía con un aperitivo en la mano sin que falte el componente infaltable la soda. Si sos una persona genuinamente fan del “agua con gas”, hay inmejorables noticias: su envase es el mítico “vidrio”. Si te apetece un tinto o un vermú, ya sabés con qué sale.

Polo Gastronómico
Sifón: Sodería & Plancha

Además en Sifón, los refrescantes tragos y las entretenidas charlas vienen con un tercer complemento clave para el atardecer perfecto: appetizers y platitos para gozar entre burbujas. Hacé lugar en la mesa para las más variopintas preparaciones recién salidas de las calientes planchas de Sifón. Si tenés antojo de gastronomía “yankee”, acá podés pedirte un buen sándwich de bondiola braseada con coleslaw, pepinillos y mostaza. Si, por el contrario, se te hace agua la boca por un clásico argento, probá las empanadas fritas de osobuco. 

Otro lugar reconocido del polo gastronómico de Chacarita es Lutero Bar. Si andás con ganas de tapas, este es el lugar para que visites. Una esquina con una veredita linda, aire bohemio con flores y plantas, y obras de arte circundantes. En Lutero no sólo se reivindica una y otra vez el espíritu insumiso del vecindario, también se le rinde un justo tributo a esa forma típica española de comer y compartir que heredamos en suelo argentino llamada “tapeo”.

Juan y Vanda, sus dueños, se enamoraron de esta esquina la primera vez que la vieron y afirman no haber dado vueltas al momento de decidirse por una ubicación para su emprendimiento culinario. En esta esquina le hacen el aguante al barrio de Chacarita desde el día uno y se presta como hogar de lindos eventos artísticos ya sean musicales o visuales.

Polo Gastronómico
Lutero Bar

Con una cocina comandada por Gabriel Ramos, podés pedir desde las clásicas papas rústicas con alioli de cilantro y una salsa brava de receta propia, bruschettas tanas, knishes, bohios, hummus y berenjenas en escabeche con pan de masa madre, fainá al verdeo con babaganush y crema de zanahoria, y provoleta con tomates cherry confitados, albahaca y pesto. Además de estos tapeos también hay generosas pizzas napolitanas de masa madre, sándwiches y tartas. Además, se le pone el acento en la coctelería, con una carta diseñada especialmente para los aperitivos. También, una carta de vinos orgánicos seleccionados y cerveza artesanal.

Almacen Comunal es otra de las propuestas que nos ofrece el polo gastronómico de Chacarita. Se encuentra en una esquina con mucha onda que ya es marca registrada en Chaca. Este restaurante convive entre su esencia de almacén y la de un bar de tapas, con una fachada vidriada, una extensa barra a modo de mostrador, estantes de hierro con botellas de vino, sifones y vermouth, y frascos de conservas elaborados en el lugar. Sin dudas vas a flashar con las excelentes combinaciones de sus platos.

La historia de esta esquina luminosa del polo de la calle Jorge Newbery arranca con la búsqueda de dos amigos que se plantearon armar el lugar al que a ellos mismos les hubiera gustado ir. Una cocina de producto, con una criteriosa curaduría de materias primas para que la calidad se convierta en la coordenada principal.

Polo Gastronómico
Almacen Comunal

En Almacén Comunal es un lugar especial dentro de la oferta que tiene el polo gastronómico. Podes encontrar una carta poblada de platos imposibles de encontrar en otros lados, recetas propias y reversiones de clásicos. La especialidad del lugar son las pizzas de masa madre; pero también encontrás Tortilla rellena (con muzza, alioli y pickles de cebolla roja), Fainá con palta, hinojos en conserva y kale, Sándwiches de pollo de campo frito con mayo casera o con jalea de tomate y mayo de cilantro, entre otros.

Una recomendación es la provoleta con sweet chilli. Viene con pan casero y es muy rico. Ideal para acompañar con un vermú La Fuerza. También sirven café de especialidad que se puede tomar en el desayuno con un egg avocado toast y huevo de campo.

Si buscamos una comida mas exótica tenemos una propuesta dentro del polo barrial que viene a ser Apu Nena. Visitar Apu Nena es asistir un festival de sabores asiáticos. El restaurante de Christina Sunae tiene el frente pintado en rojo y amarillo con el logo diseñado por Valeria Pesqueira: una mujer filipina que sostiene un mortero en blanco y negro. Se trata de un tributo a la abuela de Sunae, a quien la llamaban “Nena”. Apu, en el dialecto de Kapampángan, en Filipinas, significa justamente “abuela”. De ahí el nombre del lugar.

Polo Gastronómico
Apu Nena

Aquí la carta está gobernada por la temporada: salen algunos platos y entran otros elaborados con materia prima de estación. Los dumplings son la estrella de la casa. El plato sale en seis unidades y están rellenos de verdura (coliflor y verdeo) o de cerdo y vienen con una salsa a base de soja y vinagre. También son un hit los Bola Bola, un pan al vapor relleno de cerdo, langostinos y shiitake con salsa de pimienta de szechuan. En la carta también encontrás platos inspirados en Filipinas como Curry Verde con pescado frito, Inihaw na Pusit (calamar entero grillado, ciruela, banana, ketchup y huacatay), y Molleja Poke, entre otros.

La recomendación para ir cerrando este recorrido por el polo es el helado de boniato que viene con almibar de miso y crocante de maní. Para acompañar, Kombucha, esa bebida efervecente de coriandro, flores blancas o hibiscus + rosa mosqueta. Para los amantes del matcha, hay tarta. En el local está  ala venta Kusinera Filipina, el libro de Christina Sunae de un viaje cultural por Las Filipinas con recetas y fotos de street food y cultura gastronómica por el gran Eduardo Torres.

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