Ajo Negro: las mejores tapas de mar en la Ciudad
Ajo Negro es un bar de tapa ubicado en el barrio de Chacarita, sobre la Avenida Córdoba 6237. Se encuentra abierto de martes a sábado, de 20:00 a 23:30hs, sin reservas. Su nombre viene de una preparación del ajo, en el cual se carameliza al ajo, proceso que puede durar varias semanas. El resultado del proceso es un ajo ligeramente dulce, extremadamente sabroso: es un ingrediente muy preciado en la alta cocina.
Ajo Negro abrió sus puertas hace tres años, en 2019, de mano de los chefs Gaspar Natiello y Damían Gianmarino González. Ambos tuvieron un recorrido extenso por el mundo gastronómico: Gaspar trabajó junto al chef Martín Baquero, junto a Patricio Negro, y dirigió cocinas prestigiosas; Damián trabajó en restaurantes como Ureña, y junto a chefs prestigiosos como Martín Berasategui, quien recibió tres estrellas Michelin. Definitivamente a ninguno del par le falta experiencia, y menos en cuanto a la cocina del mar.
Y esa es la cocina de Ajo Negro: tapas basadas en el uso de productos de mar. Buscan usar en el restaurante los ingredientes más frescos posibles, siempre utilizando el producto de temporada, aportándole su propio carácter y sus toques personales, con un excelente uso de contrastes entre sabores. Sirven solamente “tapas” y “tapitas”: las tapas son porciones medianas, y las tapitas son platos chicos; ambos son pequeñas raciones de platos, que se pueden acompañar con un pan.
Actualmente podemos pedir tapitas como las croquetas de morcilla de burgos con mermelada de morrón; los churros de calamar en su tinta con alioli; tartar vegetal con gazpacho, ricota seca y wasabi; la pesca blanca estilo arenque con papa, cebolla, crema y mostaza; o la butifarra de mar con porotos y provenzal. Entre las tapas, tenemos opciones como un poke canario, con arroz, pescado, plátano, palta, huevo y mojo picón; las papas rosti con chipirones, alioli y pancetta; ñoquis de arroz con estofado picantón y langostinos; vichyssoise con anchoas, tomate, croutons y olivas; y la pesca del día con lechuga, pickles y farofa.
Como postres también tenemos delicias como el ananá especiado con curd de limón y semillas de girasol; la isla flotante con chocolate blanco y praliné; o el “alfajor de falopa”, que no contiene ningún estupefaciente, pero igualmente es adictivo. Del lado de las bebidas, cuenta con una carta acotada y seleccionada, con vinos jóvenes y clásicos, además de vermú La Fuerza y cervezas.
Pero todavía no hablamos de la ambientación de Ajo Negro, la cual es un factor muy importante para su excelencia. Al entrar al salón nos encontraremos con una barra de diez metros enfrente a los fuegos; y otra barra enfrente a la anterior con asientos más bajos. También veremos un mural que representa una pecera, un amueblado hecho completamente con acero, además de andamios de construcción y de hierro que están a la vista a lo largo del local.
El espíritu del lugar es fuertemente caracterizado por su fluidez: cuenta con una cocina a la vista, muy abierta, y con mesas de dos con vista directa hacia esta. Tener la cocina a la vista genera una sensación de seguridad, y también nos da un ojo hacia la magia de la cocina, lo cual sin duda se aprecia. Al fondo del local hay dos mesas comunitarias, pensadas para grupos grandes.
Sin dudas Ajo Negro es una excelente opción para salir a comer con amigos, o en pareja, disfrutando de un excelente tapeo único en la Ciudad, acompañado de un vermú o una copa de vino, en el que podrán degustar de lo mejor que tiene que ofrecer nuestro país en lo que se refiere a productos de mar.